Para esta familia numerosa, uno de los aspectos más duros de la cuarentena es precisamente poder atender todas las necesidades de sus hijos, de edades tan diferentes, que necesitan supervisión y entretenimiento de forma tan dispar. Especialmente es complejo, señalan, el tema de los deberes escolares.

“Muchos de ellos necesitan el ordenador para hacer sus deberes y tienen que turnárselo continuamente, así como los padres tenemos complejo ayudar a unos y a otros que no son autónomos, explicarles las tareas, a la vez que se teletrabaja o se tiene que limpiar, organizar la casa o cocinar”. Por tanto, sería la falta de tiempo y medios para poder ayudar a cada uno de sus hijos a seguir una rutina de clases y ocio adecuada lo más complicado.

“Resulta complejo atender los deberes de nuestros hijos porque son varios niños los que necesitan acompañamiento, algunos por no ser autónomos debido a su edad y otros porque tienen necesidades específicas de aprendizaje. Además, al ser todo telemático, necesitarían casi tener un ordenador o dispositivo cada uno, cosa de la que carecemos en casa”, aseguran los padres. Pero sin duda, la familia ha conseguido llevarlo mejor buscando el lado positivo del confinamiento: poder pasar más tiempo en familia y poder estar todos juntos.

Hasta el momento, todas las compras las realizan por internet, con sistemas a domicilio ya que el padre además estas semanas está teletrabajando. “Es posible, aunque complejo. El padre de familia teletrabaja, pero tiene que recuperar horas muy temprano o por la noche porque por las mañanas se interrumpe frecuentemente el ritmo de trabajo al tener que atender a los hijos”.

De cara al futuro tratan de ser positivos y mantener la esperanza. Aseguran que la situación es dura y ha sido crítica en muchos momentos, pero también han valorado otras cuestiones como las muestras constantes del buen hacer de la gente, de la solidaridad de unos con otros y del esfuerzo en común por superar estas situaciones.

«Si tengo que centrarme en pensar sobre lo que preocupa, creo que mencionaría las dificultades de muchas pequeñas y medianas empresas en salir adelante tras el parón que se ha realizado; las consecuencias psicológicas y emocionales del personal médico que está sometido a una presión tan grande durante todo este tiempo y que las personas cogieran miedo a no poder realizar una vida normal y se modificaran hábitos o se impusiese una distancia incómoda entre las personas”, concluyen.

El Diario de Castilla La Mancha

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